No te rindas

Sociedad y derecho.

Los mexicanos estamos acostumbrados a las adversidades, son algo cotidiano en nuestro día a día. Severas crisis económicas, inseguridad, desempleo, corrupción, violencia y, un sinfín de infortunios los cuales, por desgracia, hemos llegado a normalizar. Y no me estoy refiriendo nada más a sucesos acontecidos en este gobierno, sino también a todos los que lo han precedido.

                  Sin embargo, por más desgracias que nos sucedan, por más difíciles que se hayan puesto las cosas, los mexicanos siempre hemos salido adelante, sobreviviendo y prosperando ¿A qué se debe?

                  De seguro hay infinidad de factores de idiosincrasia, temperamento, condición cultura y natural que influyen en la personalidad de los mexicanos y, entre ellas sin duda se encuentra la resiliencia.

                  Es esa capacidad de adaptación que nos caracteriza ante situaciones adversas la que nos permite continuar con nuestras vidas sin rendirnos jamás, aunque por momentos nos sintamos derrotados, sin ánimos de seguir, siempre nos recuperamos y volvemos a la lucha.

                  Eso porque el mexicano tiene carácter y templanza, mucho más de los que pueden tener quienes viven en países catalogados como del primer mundo, quienes no han tenido que enfrentar situaciones tan difíciles como las nuestras.

                  Al expresar estos sentimientos, más que pensamientos, vienen a mi mente las palabras del poeta argentino Guillermo Mayer en su obra titulada "No te rindas" que por error en la internet, se le ha atribuido su autoría al destacado escritor uruguayo Mario Benedetti, el cual les comparto:

No te rindas, aun estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frio queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,

No te rindas por favor no cedas,
aunque el frio queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.

                  Nuestra habilidad de adaptarnos bien a las tragedias, amenazas, adversidades y tensiones significativas es una característica muy propia de los mexicanos que difícilmente puede ser igualada en otras culturas. Eso, sobre todo eso, es lo que hace grande a México, su gente, ¡su maravillosa y extraordinaria gente! que nunca, jamás se rinde. ¡Viva México! y ¡Vivan los mexicanos!

Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y, sobre todo de utilidad ¡Hasta la próxima!



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