PERIODISMO DE REFRITO
Desde el año 1958, el 8 de septiembre de cada año se celebra el Día Internacional
del Periodista, establecido en homenaje al fallecimiento de Julius Fucik, periodista
checoslovaco, ejecutado por los nazis en 1943.
La ocasión es propicia para que hablemos de lo que es “noticia”, el género
periodístico que debe estar exento de opiniones del autor, y que se debe
caracterizar por ser un texto breve de información sobre un hecho relevante y de
actualidad.
David Randall, autor del libro El periodista universal, explica que “noticia” es lo
inusual, es decir, lo que no es usual. Debe ser un acontecimiento sorprendente,
trascendental, pero, sobre todo, reciente.
El destacado periodista inglés nos recuerda en el libro antes mencionado las
palabras que sobre el término “noticia” esgrimiera en 1882 el editor del periódico
New York Sun: “que un perro muerda a un hombre no es noticia, pero sí lo es que
el hombre muerda a un perro”.
Eso nos recuerda -expone Randall- que noticia es lo inusual, pero también algo
fresco, algo que la gente no haya oído antes, y que sea de interés para los
lectores. Este género periodístico debe responder a las preguntas: qué, dónde,
cómo, cuándo, quién y por qué.
En el periodismo que se hace en la actualidad, muchos informantes, salvo
honrosas excepciones, son dados a recurrir una y otra vez al refrito, es decir, a lo
que ya se dijo, porque tienen el equivocado pensamiento de que, al volver a
decirlo, esto llamará poderosamente la atención del público, de los lectores, de las
audiencias.
El periodismo de “refrito” desplaza lo importante por lo impactante, y recurre a lo
mismo de siempre, a lo que ya se dijo antes, sin investigar a profundidad y
dejando de lado los criterios éticos que son o deben ser infaltables en una nota
periodística. En estos casos, ¿dónde está lo novedoso? ¿Puede llamarse noticia a
algo así?
En la jerga periodística, “refrito” se refiere al empleo de textos de otros autores
para cocinar un nuevo texto con apariencia de original. El refrito, que se aproxima
a lo que conocemos como plagio, exhibe como poco creativo e imaginativo al
periodista que lo practica.
Estos textos carentes de originalidad son construidos por periodistas que son
enemigos del trabajo de investigar, que les cuesta trabajo moverse en busca de la
información, por eso escriben desde la comodidad de su escritorio, sin salir a la
calle a preguntar, sin contrastar, sin evaluar.
Regularmente, estos informantes no se desplazan para consultar a las fuentes
involucradas, y si las consultan se quedan con lo dicho por una sola fuente, sin
buscar a las demás para contrastar la información, que es la única acción del
quehacer informativo que puede impedir que se caiga en la trampa de las fake
news.
Las fuentes son los actores que son entrevistados por los medios de
comunicación, o que son citados en trabajos periodísticos que se publican en
diarios y revistas, sean estos impresos o digitales. Son fuentes también los
documentos u objetos de donde sale la información para un trabajo informativo.
En ocasiones el periodista no se detiene a investigar qué tan confiable es la fuente
que le ha proporcionado la información. Todo periodista debería preguntarse al
término de cada entrevista: ¿cómo puedo saber si esta información es válida y
confiable? Para ello es la contrastación de la información, para buscar diferencias
y similitudes entre distintas opiniones, textos o fuentes
Creer a pie juntillas lo que declara cualquier fuente equivale a ser sorprendidos, a
ser engañados por ésta, y que el periodista más tarde engañe también a los
lectores, que tienen el derecho a ser debidamente informados.
A diferencia de los clásicos refritos, el periodismo de fondo o de investigación, va
más allá de la acumulación de datos; tiene la capacidad de averiguar y descubrir
cuándo las fuentes dicen la verdad, y cuándo son movidos por otro tipo de
intereses.
México y el mundo tienen necesidad de periodistas veraces, que se ciñan a la
ética periodística a la hora de informar, evitando mentir o difamar a las personas e
instituciones. Necesitamos informadores que cuenten la verdad respecto a sus
investigaciones, sin falsear la información en el afán de atender intereses de
personas y/o de grupos.
Twitter: @armayacastro