Sociedad y derecho - Estoicismo

No te pierdas la columna sabatina de Juan Bautista Lizarraga

Para la ciencia del derecho resulta fundamental el estudio del comportamiento humano, pues solo en base a su conocimiento es posible crear un sistema regulatorio de conducta adecuado y justo que haga perdurar y florecer la vida de los individuos en sociedad.

De ahí la importancia de la disertación de disciplinas como el estoicismo.

El estoicismo es una escuela filosófica fundada por Zenón de Citio en Atenas a principios del siglo III a. C.

En palabras muy resumidas se trata de una filosofía de ética personal basada en un sistema lógico y en puntos de vista sobre el mundo natural.

Trata respecto a la capacidad o la fuerza de voluntad de un individuo para controlar sus emociones o sentimientos. Alguien estoico, por tanto, se mantiene firme ante la adversidad.

La filosofía estoica nos dice que no debemos preocuparnos por cosas que están fuera de nuestro control. En lugar de eso, centrarnos en vivir de acuerdo con nuestros propios valores y principios.

El filósofo griego Epicteto, uno de los estoicos más conocidos y que vivió casi toda su vida como esclavo en Roma, dijo: «Decide lo que quieres ser y luego haz lo que tienes que hacer»

Epicteto también dijo: «No busques que todo suceda como deseas, de esa manera toda tu vida fluirá bien». Esta frase nos enseña a aceptar la realidad tal como es, en lugar de resistirnos a ella o intentar cambiarla. Cuando aceptamos la realidad, podemos trabajar con ella en lugar de luchar contra ella, lo que nos permite fluir con la vida en lugar de resistirnos a ella.

La reflexión qué hace el estoicismo es que a las personas no las perturban las cosas que pasan sino como las interpretan y asimilan, por ello, se trata de enfrentar esas opiniones y antes de asumirlas, cuestionarlas como si se trataran de hipótesis y no de hechos firmes.

También, estar abiertos a nuevas ideas y dispuestos a aprender de nuestros errores. En lugar de resistirnos al cambio, debemos abrazarlo como una oportunidad para crecer y aprender.

Lo qué nos enseña el estoicismo es que se puede aplicar en la vida diaria a través de ejercicios como reconocer que uno es quien tiene el control, pensar antes de actuar, definir miedos, vivir el presente, aceptar que el futuro no tiene que ser como queramos pero que como sea lo podremos afrontar actuando siempre conforme a nuestros valores y principios reconociendo incluso nuestra mortalidad.

Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y, sobre todo de utilidad ¡Hasta la próxima!



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