Yo soy de Sinaloa

Sociedad y derecho.

De acuerdo a los datos del censo efectuado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI, en Sinaloa hay más o menos tres millones de habitantes.

                  Tres millones de habitantes en todo el Estado de Sinaloa, desde los recién nacidos hasta las personas mayores. Tan solo en las Alcaldías de Iztapalapa y Gustavo A. Madero en Ciudad de México hay mayor población.

                  Y, sin embargo, el sinaloense destaca y se hace notar en donde esté, principalmente por su carácter fuerte y decidido, pero también alegre y dicharachero, franco y auténtico.

                  Desde hace tiempo y, sobre todo en estos momentos de violencia desmedida por los que atraviesa nuestro Estado, en el resto del país y, en prácticamente todo el mundo, se tiene la idea de que Sinaloa está poblada en su mayoría por delincuentes.

                  Nada más alejado de la realidad. La gran mayoría de los sinaloense son gente trabajadora y honesta. Personas que luchan incansablemente día a día por el sustento de ellos y sus familias, que generan ganancias lícitas y pagan impuesto, ciudadanos ejemplares a los cuales las circunstancias no solamente les afectan de forma negativa en sus finanzas y seguridad personal, sino que, además, son estereotipadas como gente mala, violenta y despiadada.

                  El brote de violencia en el que estamos desde hace más de 10 días tendrá que pasar, esperemos que pronto y, las aguas volverán a tomar su curso regular, lo cual no significa que la situación de inseguridad que vive Sinaloa y todo el resto del país vaya a desaparecer por arte de magia, pero por lo menos regresaremos a la “normalidad” a la que, por desgracia, estamos acostumbrados.

                  La que, por lo menos nos permitirá volver a nuestras actividades habituales y continuar luchando por ganarnos la vida.

                  Apenas un sinaloense sabe lo que es vivir en Sinaloa. Peligroso sin duda, pero también extraordinario, con sus playas, llanuras y montañas, su gastronomía y su música, mujeres bellas y hombres valientes y nobles.

                  Sinaloa, un lugar por el que vale la pena luchar, luchar y luchar.

                  Con todo orgullo Yo soy de Sinaloa.

                  Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y, sobre todo de utilidad ¡Hasta la próxima!



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