Campo de exterminio en Teuchitlán habría operado durante 10 años en plena impunidad
El rancho Izaguirre fue utilizado por un grupo delictivo desde el año 2012 hasta hace tres años, en 2022, cuando fue abandonado por los criminales que lo controlaban.

Tijuana, 14 de Marzo. - Un rancho ubicado en Teuchitlán, Jalisco, al oeste de México, ha sido identificado como un presunto centro de exterminio donde, según testimonios de sobrevivientes y familiares de desaparecidos, operó durante al menos una década un grupo criminal vinculado a desapariciones forzadas y asesinatos, denunciaron activistas.
La activista Indira Navarro, fundadora del Colectivo Guerreros de Jalisco, quien ha encabezado la búsqueda de desaparecidos en la región, afirmó que el Rancho Izaguirre habría funcionado como campo de exterminio entre 2012 y 2022, hasta ser abandonado. "Una persona sobreviviente relató haber visto pasar por ese sitio a cerca de mil 500 personas, muchas de las cuales nunca volvieron a aparecer", señaló Navarro en declaraciones a medios locales.
El lugar, ahora bajo resguardo de la policía municipal y la Fiscalía estatal, fue señalado como punto de tortura, asesinato y desaparición de víctimas, algunas de ellas captadas bajo engaños con falsas promesas de empleo.
Entre los indicios encontrados por las autoridades y peritos forenses se hallan ropa, mochilas, zapatos, partes óseas y tres hornos crematorios, según confirmó la Fiscalía de Jalisco. Estos elementos podrían corroborar las versiones de que en el sitio se incineraban cuerpos de víctimas del crimen organizado.
"Cuando las autoridades terminen de procesar los hallazgos, esperamos que las prendas sean entregadas a los familiares", pidió Navarro, quien ha documentado otros casos similares en la región.
Además, de acuerdo con los relatos de sobrevivientes, leones y cocodrilos eran mantenidos en el rancho para amedrentar a las víctimas, un hecho que resalta la crueldad con la que actuaban los responsables.
Impunidad y presunta complicidad oficial
El caso ha generado indignación debido a que el rancho ya había sido cateado por la Guardia Nacional en 2024, sin que se reportara entonces la existencia de hornos crematorios ni restos humanos. Esta omisión ha llevado a familiares y activistas a cuestionar la posible complicidad de autoridades locales con el crimen organizado.
"Durante años, las víctimas fueron obligadas a trabajar en ese rancho, sin armas y bajo amenaza de muerte si no obedecían", relató Navarro, al subrayar que algunos de los obligados a colaborar con los criminales terminaron también siendo asesinados.
Investigación en curso
Por el momento, solo la Fiscalía y los peritos forenses tienen acceso al lugar, mientras que la policía municipal mantiene un cerco de seguridad. No obstante, la Guardia Nacional y policías estatales, que inicialmente acudieron al sitio, se retiraron sin explicar los motivos de su salida, denunció el colectivo.
El presidente municipal de Teuchitlán, José Ascensión Murguía Santiago, visitó el rancho, pero no ha emitido declaraciones oficiales sobre las acciones a seguir.
Este hallazgo se da en un contexto de violencia extrema en la región de Valles de Jalisco, donde al menos 744 personas han desaparecido en los últimos siete años, según cifras oficiales.
Las familias de las víctimas y colectivos como Guerreros de Jalisco continúan exigiendo justicia y verdad sobre los crímenes cometidos en el Rancho Izaguirre, mientras crecen las presiones hacia las autoridades para esclarecer el caso y sancionar a los responsables.